La Pasión: Ese Fuego Que Puede Cambiarte o Quemarte Vivo

¿Alguna vez sentiste que algo te mueve por dentro como si te encendieran con gasolina? Eso es la pasión. No es un capricho. No es una moda. Es una fuerza bruta que puede darte vida o dejarte hecho cenizas.

Vamos a hablar claro: esto no es poesía barata. Es biología, es psicología y es pura experiencia humana. Si estás vivo, tarde o temprano te va a tocar. Mejor entenderla que seguir temiéndole.


¿QUÉ CARAJO ES LA PASIÓN?

La pasión es una mezcla de tres cosas:

Deseo muy fuerte (ganas de algo de verdad).

Sentido personal (te importa, te define, te atraviesa).

Dirección (no se queda en la cabeza, quiere salir al mundo).

No es solo emoción. Es una energía que te empuja a hacer cosas, aunque duelan, aunque cuesten, aunque te asusten.

Si te mueve hasta las tripas, si no puedes ignorarlo, si no te deja dormir… eso no es ansiedad. Eso es pasión.


¿DE DÓNDE SALE?

Hay varias formas en las que la pasión nace:

Porque algo te dolió y quieres cambiarlo o transformarlo.

Porque admiras algo o a alguien y eso te inspira.

Porque sientes que “esto es lo tuyo”, aunque no sepas explicarlo.

Porque tu cuerpo, tu mente o tu alma simplemente te llevan hacia ahí.


¿ES BUENA O MALA?

Ni lo uno ni lo otro. Es fuerza. Como un cuchillo: sirve para cortar pan o para matar. Depende de qué hacés con ella.

Pasión mal canalizada:

Te obsesionás.

Te agotás.

Pierdes de vista todo lo demás.

Presionás a otros con tu rollo.

Pasión bien usada:

Te hace sentir vivo.

Te da dirección.

Te da energía en los días difíciles.

Te conecta con lo mejor de ti mismo.


¿CÓMO SABER SI LO QUE SIENTES ES PASIÓN REAL?

Fácil:

No desaparece con el tiempo.

No depende de que te aplaudan.

Te transforma, no solo te entretiene.

No te saca de ti, te devuelve a ti.


OK… ¿Y CÓMO SE USA SIN VOLVERSE LOCO?

Hacer algo con eso: no lo dejes solo en tu cabeza. Escribe, pinta, entrena, habla, crea. Lo que sea. Pero actúa.

No te quemes: el fuego calienta, pero también quema. Pon límites. Come, duerme, desconecta un rato.

No obligues a nadie a seguirte: la pasión se comparte, no se impone.

No confundas pasión con dependencia: puedes amar algo sin volverte esclavo de eso.


¿Y SI NO SÉ CUÁL ES MI PASIÓN?

No pasa nada. No todos la encuentran de golpe. Pero te aseguro algo: si te permites probar, fallar, curiosear… aparece. La pasión no se busca, se provoca. Y muchas veces, nace del dolor o del aburrimiento. No subestimes lo que te molesta o lo que te falta: ahí puede estar el fuego.


PARA TERMINAR

La pasión no es de artistas, ni de genios, ni de locos. Es humana. Todos la tenemos dentro. Algunos la esconden. Otros la explotan. Tu eliges qué hacer con ese fuego.

Pero una cosa está clara:

Si no usas tu pasión, tu vida la va a usar contra ti.
Te va a doler lo que no hiciste.
Te va a pesar lo que callaste.
Y vas a sentir que algo te falta… aunque tengas todo.

Así que usala.
Con cuidado. Con coraje. Con dirección.

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